Un viaje que recuerdo con gran cariño fue al cabo de Gata, en Almería. No sé si fue la compañía, que fue mi último viaje en España antes de irme a vivir unos años a Alemania o que realmente necesitaba descanso y esta región me lo ofreció.
Nuestro campamento base se instaló en Rodalquilar, un pueblecito de no más de 170 habitantes, pero que, en época de verano, ve como su población se triplica e incluso cuadriplica. Un pequeño pueblo que cuenta con dos escasos bares donde parar a comer algo, por lo que las dudas del a dónde vamos, si no quieres coger el coche, se ven muy reducidas.
Lo que más recuerdo son las estrellas. Esos pequeños puntos en el cielo que iluminan nuestras noches, pero que en las grandes metrópolis pasan prácticamente desapercibidas, y para los que pasamos mucho tiempo entre grandes ciudades es un auténtico placer parar a contemplarlas.
Y de día unas aguas cálidas y transparentes harán tus delicias en playas como la de Agua Amarga, Los escullos, Las negras…
No podemos olvidarnos de la gastronomía en pueblos como San José, uno de los de mayor población de esta zona o en la Isleta del rey moro, pequeña pedanía, donde puedes comer el pescado recién salido de las redes de los pescadores mientras miras al mar.
Es una tierra que ha servido como escenario natural para muchos anuncios y videoclips de música, destacando especialmente para la grabación de películas como Indiana Jones y la última cruzada, bajo la dirección de Steven Spielberg, rodada en la playa de Mónsul, muy cerca de San José. Durante los años 60 y 70 llegó a conocerse esta región como el Hollywood de Europa.
Parece un paisaje demasiado idílico, de ensueño, pero existe. Uno de esos paisajes que no se olvidan, de los que se quedan grabados en la memoria por mucho que pasen los años…
¿Os animáis a desconectar por unos días? Estoy segura que el mar y las estrellas no os defraudarán.