Portugal es el país vecino de España y, en ocasiones, sin embargo, el gran desconocido para muchos. Ya había estado hacía unos años en Lisboa, su capital, pero ahora era el turno de Oporto.
Oporto está muy de moda, no te lo digo sólo yo, sino que te lo dicen todas las guías y revistas de viaje actualizadas. Y es que, desde que en el año 1.996 su centro histórico fuera declarado Patrimonio de la Humanidad, ¡muchas cosas han cambiado en esta ciudad!
No hay más que irse a ver números (datos estadísticos) para entender cómo ha evolucionado Oporto. Por ejemplo, ¿qué me decís de los más de diez millones de pasajeros que recibió durante 2.016 su aeropuerto? Sí, una cifra nunca antes alcanzada en la historia de este aeropuerto que fue inaugurado en el año 1.945.
Pero, además de que fue declarada Patrimonio de la Humanidad, ¿porqué tienes que conocer Oporto?
1. Pasear por la Ribeira del Duero y con vistas a las bodegas, no tiene precio
Y sí, lo digo así, tan alto y claro porque, como bien decía el anuncio, hay muchas cosas que se pueden comprar, ya sea con Mastercard o sin ella, pero pasear con esas vistas… Allí disfruté de uno de los atardeceres más gratificantes que he visto en mi vida.
Y es que cuando estás allí entiendes por qué fue declarado Patrimonio de la Humanidad. El conjunto de casas y las bodegas que le transmiten un aire inglés junto al puente de Don Luis I no te decepcionarán.
2. Comer Francesinhas
Ya os he contado muchas veces que en mis viajes aplico a la perfección el “fuerasdonde fueras, haz lo que vieras” y en cuanto a la gastronomía no podía ser menos.
Uno de los platos más característicos y buenos que encontré a mi paso por Oporto fueron las Francesinhas.
Al verlo en la carta del restaurante ya me sonaba el nombre, porque algo había leído al preparar mi viaje, pero como no había tenido mucho tiempo y no lo había podido preparar muy bien, no lo recordaba bien y la sorpresa no pudo ser mejor.
Las francesinhas son un plato típico portugués, aunque adquiere mayor protagonismo la variedad que se elabora en Oporto. Es un pan de molde tostado, colocado tipo sándwich y relleno de embutidos, carne e ¡incluso algunos con huevo incluido! Este grandioso sándwich se coloca en el plato y es cubierto por una salsa picante hecha a base de cerveza y tomate. Os lo aseguro, ¡delicioso!
3. Sentir cómo el inmenso océano Atlántico toca tierra
Hay pocas cosas que me transmitan tanta tranquilidad y relajación como el mar, ¡bendito mar! Y es que el simple hecho de imaginar que si seguimos todo recto, todo recto, todo recto … llego a América, ¿no os parece sorprendente?
¡Y con que fuerza rompen las olas contra la costa! Un paseo de lo más agradable para relajarse una mañana y cargarse de energía marina.
4. Azulejos portugueses
Pues sí, unos azulejos que no encontrarás en ningún otro sitio. Y es que Oporto brilla con luz propia porque mires a donde mires siempre encontrarás azulejos azules por todos lados.
Durante el siglo XIX fue la edad de oro del azulejo, pero lo mejor de todo es que se conservan como antaño. Las fachadas de sus edificios y de muchos monumentos están recubiertas por azulejos.
Lo más divertido de estos azulejos es que cuentan historias de la época y detenerse ante ellos a averiguarla e intentar interpretarla es uno de los momentos más entretenidos que puedes tener durante tu visita a Oporto.
5. Perderte por calles estrechas, subir cuestas
Lo de subir cuestas puede sonar poco divertido si no somos grandes deportistas, pero te aseguro que subir cuestas en Oporto enamora.
Recorrer sus estrechas y empinadas calles mientras sientes cómo esa brisa marinera te embriaga y observas la ropa tendida en los balcones es uno de los grandes placeres que puedes recibir en tu visita a la ciudad lusa, ¿te lo quieres perder?
Aquí te he dado cinco razones por las que tienes que conocer Oporto, pero podría darte hasta quinientas más: su precio, las iglesias, la estación de San Bento, la librería donde dicen que nació Harry Potter, los textiles lusos, la casa de la Música… Si yo fuera tú, ya estaría buscando fecha para una escapada porque ¡hay muchas razones por las que tienes que conocer Oporto!