Disfrutando Lisboa

Lisboa

La primera vez que visité Lisboa no era la ciudad que hoy todos conocemos. No era esa ciudad tan de moda, donde todo olía a ambiente hípster que incluso la mismísima Madonna decidía trasladar su vivienda para comenzar una nueva etapa.

Lisboa olía a melancolía, la mezcla de sus colores gris y el naranja de sus tejados te llevaban a otra época, el tranvía que subía y bajaba por sus colinas te embrujaba y, con la caída de la noche, el Fado se apoderaba de tus oídos.

Si quieres realmente disfrutar de Lisboa, no puedes perderte:

Contemplar Lisboa desde sus miradores

Son muchísimos los miradores naturales que te ofrece esta ciudad para divisarla desde lo alto ya que cuenta con siete escarpadas colinas. A algunos tan conocidos como el del Arco de la Rúa Augusta se accede por ascensor, o el de Santa Catalina, al que se accede desde el Elevador da Bica.  A otros, sin embargo, tendrás que acceder subiendo con tus propios pies, como el de Gracia, próximo al Castillo de San Jorge, o el mismo mirador que alberga dicho Castillo. Tan sólo por contemplar sus vistas ya bien merece el precio de la entrada al castillo.

El mirador del Elevador de Santa Justa se encuentra en el centro de Baixa. Puede no ser el más alto de Lisboa, pero ofrece unas vistas espectaculares. Para acceder a él tendrás que pagar una entrada de 1,5€.

Vistas desde el mirador del Castillo de San Jorge
Vistas desde el mirador del Castillo de San Jorge

Montarte en tranvía

Los tranvías como medio de transporte público fueron muy común entre 1.800 y 1.900, es decir, durante gran parte del siglo XIX. Sin embargo, durante los años 60 y 70 se fueron reduciendo utilizando como argumento el entorpecimiento del tráfico en las grandes ciudades o la posibilidad de accidentes.

En los años 90, cómo ocurre con todas las modas, empiezan a ser muchas las ciudades que deciden reintroducir el tranvía. Con tal éxito que, en España, ya son muchas las ciudades que lo usan para desplazamientos urbanos como alternativa al autobús o el metro.

En Lisboa, aunque los tranvías amarillos son un símbolo de la ciudad, no es que estén destinados al turismo, sino que es el medio de transporte tanto para turistas como para locales para acceder a lugares donde el metro no llega. En esta ciudad nunca han dejado de usarlo. La primera ruta se inauguró en 1.901 y continúan en funcionamiento desde entonces.

Tranvía subiendo por una de las empinadas calles de Lisboa
Tranvía subiendo por una de las empinadas calles de Lisboa

Actualmente hay tres tipos de tranvías que recorren la ciudad: los clásicos amarillos y de madera que datan de principios del siglo XX; otros más moderno, tipo trenes, también amarillos; y, los rojos, estos son tranvías turísticos y no de uso local.

Las rutas más transitadas por los turistas son:

  • Tranvía 15E: Es el que accede a Belém
  • Tranvía 25: Pasa por Plaza del comercio hasta llegar a Alfama.
  • Tranvía 18: Pasa por la Plaza del comercio hasta llegar al Palacio de Ajuda.
  • Tranvía 12: Sale de la Plaza de Figuiera y realiza un corto recorrido por Alfama.
  • Tranvía 28: Pasa por varios de los lugares más emblemáticos de la ciudad: Barrio de Estrela, Bairro Alto, Chiado, Gracia, Alfama (con parada frente al Panteón Nacional, la , Mirador Portas do Sol y Castillo San Jorge, entre otros.

Río Tajo

El río Tajo es el más largo de la península ibérica atravesándola de este a oeste, con una leve inclinación hacia el suroeste, que se acentúa cuando llega a Portugal.

Es en Lisboa donde, tras atravesar el Puente Vasco de Gama, muere en el océano atlántico.

Unas de las mejores vistas del estuario del Tajo se obtienen en la Plaza do Comercio, centro neurálgico de la ciudad, donde durante más de 200 años se asentó el Palacio Real de Lisboa.

Río Tajo a su encuentro con el Océano Atlántico
Río Tajo a su encuentro con el Océano Atlántico

Pasear por Belém

Belém es uno de los barrios más turísticos por excelencia de Lisboa. Se encuentra alejado del centro, pero bien comunicado, como ya os dije antes, con la línea 15E del tranvía.

De este barrio partieron los exploradores portugueses que se fueron a descubrir gran parte del mundo, ya que se encuentra río abajo, donde el río Tajo se funde con el mar.

Aquí podemos encontrar las dos grandes joyas de la ciudad: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém.

El monasterio de los Jerónimos es desde 1.983 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuenta con una iglesia, donde se encuentran las tumbas de Vasco de Gama y Luis de Camoes, y el claustro, impactante por sus dimensiones y perfección.

Monasterio de los Jerónimos
Monasterio de los Jerónimos

La torre de Belém, también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1.983 fue construida entre 1.515 y 1.519 como torre de defensa de la ciudad, posteriormente pasando a ser centro aduanero y faro.

Torre de Belém
Torre de Belém

No es que yo sea demasiado golosa, es que no podéis marcharos de aquí sin probar sus famosos pastelitos recién hechos dentro del gran local que es la antigua fábrica. Es muy probable que haya cola y, os toque esperar un rato, pero ¡merecerá la pena!

Sintra

Es una excursión imprescindible, si estás en Lisboa, a la que dedicarle un día.

Esta villa portuguesa, Patrimonio de la Humanidad desde 1.995, está enclavada en mitad de un parque natural. Es el escenario perfecto de los palacios de los cuentos con hermosos jardines y antiguas leyendas.

Durante el siglo XV fue constituida como residencia vacacional de nobles y monarcas portugueses. Debido a su localización natural, muy propicia para la caza.

Aunque no es excesivamente grande, hay muchos monumentos que por su característica arquitectura y por la perfecta integración de sus palacios, castillos, bosques y jardines, no os podéis perder como Quinta da Regaleira, un místico y cautivador palacete; Castelo dos Mouros, ruinas de un castillo árabe construido durante el siglo VIII; o el Palacio Nacional de Sintra, ubicado en el centro de Sintra y fácilmente reconocible por sus enormes chimeneas blancas de forma cónica.

Sin embargo, personalmente, el gran tesoro de Sintra se encuentra en el Palacio da Pena. Este palacio se ubica en la colina más alta de toda Sintra, dominando por completo el paisaje. Además, su colorida silueta hará que no te pase desapercibido. Es un palacio del siglo XIX donde podemos observar azulejos clásicos portugueses que recubren las paredes y otros rasgos propios del romanticismo como referencias mitológicas y religiosas.

Palacio da Pena, Sintra
Palacio da Pena, Sintra

Viajar al pasado por Expo Lisboa ´98

En 1.998 se celebró en Lisboa la Exposición Universal y, con motivo de este evento, se creó el Parque de las Naciones, un espacio de ocio que cuenta actualmente con restaurantes, bares, salas de espectáculos, jardines, zonas peatonales y un gran centro comercial. Además, en el Parque de las Naciones se encuentra el segundo acuario más grande de Europa, después del de Valencia, en España. Destaca también la Estación de Oriente, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava.

Dentro del recinto hay también un funicular, para aquellos que quieran apreciar el área desde arriba a vista de pájaro.

Teleférico del recinto de la Expo ´98
Teleférico del recinto de la Expo ´98

Lisboa avanza a marcha forzada, cada vez más turistas inundan sus calles, pero intenta mantener su esencia: nostalgia de sus viejos palacios y tradicionales tabernas, cosa que no es fácil, pero es esto precisamente lo que atrae a su público, así como a todos aquellos nuevos habitantes que están encontrando en la punta de Europa su nuevo paraíso. ¡Disfruta de Lisboa!

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