Dresde

Centro de Dresde

Dresde es una ciudad alemana bien conocida por sus tradicionales mercadillos navideños, especialmente el de Frauenkirche y, cómo no, el de Striezelmarkt, el mercado de navidad más antiguo de toda Alemania. Sin embargo, hoy no vengo a hablaros de navidad y mercadillos, sino de cómo es Dresde.

Dresde, capital de Sajonia, es una ciudad del este de Alemania y, aunque ya hayan pasado muchos años desde la caída del muro (en el año 1.989), aún se notan bastantes diferencias entre este y oeste. El área cercana a Dresde es una de esas zonas donde lo puedes apreciar más claramente.

Es más, yo definiría a Dresde como una ciudad fuerte, con carácter. ¡Ay, si esos muros y esas calles pudieran contar lo que han vivido, los horrores que han presenciado y la felicidad que han acogido!

Dresde es una ciudad con una lucha imparable, lo que la ha hecho ser merecedora del Premio de Europa, una distinción que otorga el Consejo de Europa a aquellas ciudades que hagan esfuerzos desmesurados por promover el ideal de la unidad europea.

Dresde se ubica en el centro de Europa, un nudo de transportes fundamental que la convierte en un centro económico de gran importancia. Esta ubicación en el centro de Europa hace que climatológicamente sufra de unos veranos cálidos y al mismo tiempo de unos inviernos ligeramente más fríos que el promedio de Alemania.

Sin embargo, Dresde también tiene sus sombras. La nominación de Patrimonio de la Humanidad que le otorgó la Unesco le fue rebatida años más tarde, ya que construyeron un puente a tan solo dos kilómetros del centro histórico.

Hablar del patrimonio de Dresde viene de la mano a hablar de los bombardeos que sufrió la ciudad casi a la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Fueron cuatro los ataques aéreos que sufrió, apenas tres meses antes de la capitulación de la Alemania nazi, por parte de la Royal Air Force británica y las Fuerzas Aéreas del ejército de los Estados Unidos. En estos ataques, donde cayeron sobre la ciudad en torno a 400 toneladas de bombas altamente explosivas, la ciudad quedó reducida a cenizas y su centro histórico fue consumido por el fuego.

Y es que en Dresde se han vivido algunos de los capítulos más importantes de la historia de Alemania y aún así y todo sigue pasando desapercibida para muchos turistas, viajeros y curiosos. Pero una vez descubras lo que se esconde detrás de sus muros, su ambiente nostálgico te cautivará.

Así que, ¿qué hay que ver en Dresde?

Dresde se levantó como el Ave Fénix, por lo que no puedes perderte un paseo por su casco histórico, Altstadt, una gran joya para saborear el barroco.

Vista del río Elba a su paso por Dresde
Vista del río Elba a su paso por Dresde

Desde el puente de Augusto (Augustusbrücke) puedes mirar dirección al casco antiguo hacia derecha o hacia izquierda, es indiferente, porque sobre ambas orillas encontrarás grandes edificios históricos.

Si tienes la oportunidad, no te pierdas admirar la belleza de la ópera de Semper, en la plaza del teatro. Tanto por fuera como por dentro te cautivará. Una de las cosas que me encanta es que, como suele ocurrir en muchas óperas en Europa, puedes encontrar entradas a precios muy asequibles. En mi viaje a Dresde, donde paré un par de días de camino a la Bauhaus en Dessau, aproveché y compré una entrada de última hora. ¡Qué delicia de música, de espectáculo y de recinto! Quizás la ilusión se hizo todavía más grande por el mero hecho de pensar que aquí se estrenaron grandes obras de Wagner o Strauss.

Ópera de Dresde
Ópera de Dresde

Y es que, dentro del casco antiguo, tampoco puedes pasar por alto edificios como la Frauenkirche, iglesia barroca destruida en los bombardeos antes mencionados, pero reconstruida entre 1.994 y 2.005; Hofkirche, si la iglesia antes mencionada era de culto luterano, esta lo es de culto católico y, al igual que la anterior, también fue destruida durante los bombardeos y posteriormente reconstruida; Zwinger, antiguo palacio barroco que hoy alberga importantes museos y colecciones de arte, donde uno de los más importantes es la Gemäldegalerie Alte Meister, una pinacoteca donde se encuentran obras de Rafael, Tiziano, Rembrandt o Velázquez, entre otros.

Otro de los edificios que no puedes dejar de visitar es el Palacio Residencial, antigua residencia de príncipes electores y reyes de Sajonia. Está situado muy cerca del Zwinger y alberga la famosa Grünes Gewölbe (Bóveda Verde), con magníficos tesoros de la casa Wettin (gobernadores del estado de Sajonia durante más de 800 años). Así como tampoco puedes dejar escapar la oportunidad de visitar la Neue Synagoge, la nueva sinagoga judía, la cual fue levantada en 2.001 para sustituir la anterior, que fue destruida en la noche de los cristales rotos.

Sin embargo, si nos posicionamos nuevamente en el puente de Augusto con el río Elba a nuestros pies y miramos hacia el Neustadt, nos encontraremos con la ciudad nueva, el Dresde moderno. La parte de la ciudad cosmopolita y multicultural, donde puedes encontrar una amplia oferta gastronómica.

En esta parte de la ciudad, en contraposición al casco antiguo, es donde encontramos la parte “movida” de la ciudad. Aquí es donde se concentran numerosas discotecas, restaurantes y diversas cadenas de grandes hipermercados y centros comerciales. Obviamente esta parte turística pasa más desapercibida para muchos turistas.

Si aún no conoces Dresde, ¿a qué estás esperando?

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