Hotel Torre Sevilla

¿Dormir en el hotel más alto de la ciudad? “¡Sí, quiero!” Fue lo primero que respondí, como si de una propuesta de matrimonio se tratara. “¡Qué emoción, que ilusión!” Fue lo siguiente que rondaba por mi cabeza: “¡Poder ver toda la ciudad desde arriba!” Debía de ser una experiencia alucinante.

Y es que aún no podía ni darme cuenta de lo que estaba apunto de descubrir en mi propia ciudad natal, esa que el río Guadalquivir en dos divide, esa que tiene un color especial.

El hotel Torre Sevilla perteneciente a la cadena Eurostars hotels, se encuentra en las últimas 19 plantas de la Torre Sevilla, popularmente conocida como Torre Pelli, debido a su arquitecto, César Pelli.

Y es que la construcción de la Torre Sevilla suscitó muchos temas de conversación en su momento y aún continúa la polémica hoy en día. Con la construcción de la Torre Sevilla se saltaba la normativa vigente hasta el momento de que ningún edificio podía sobrepasar la altura de la Giralda (94,69 metros incluido el giraldillo), sin duda, el edificio más icónico de la ciudad. Sin embargo, ¡la Torre Sevilla ha llegado a alcanzar los 180,5 metros de altura! Es decir, prácticamente ha doblado la altura de ésta. Y es que, sin ninguna duda, la Torre Sevilla puede llegar a verse desde prácticamente cualquier punto de la ciudad. Y no sólo eso, sino que también la Torre Sevilla ha pasado a ser el edificio más alto de toda Andalucía.

Dentro de la torre actualmente se aloja un centro comercial, oficinas de varias empresas privadas, el Caixa fórum y, como os decía antes, el hotel Torre Sevilla. Así que si dormir en hoteles me encanta, tener la posibilidad de dormir en éste, ¡era todo un sueño que iba a hacerse realidad!

El hotel Torre Sevilla tiene una promoción especial para todos los sevillanos que quieran pasar una noche en él y conocer sus instalaciones. La promoción se llama Hola Sevilla y es válida en el periodo comprendido de noviembre a marzo. ¿Y qué incluye? Pues verás, ¡que os va a encantar! Por el precio de 90€ se puede disfrutar de una noche de alojamiento, desayuno al día siguiente y circuito termal en su spa durante 30 minutos. ¡Guau! No está nada mal, ¿no? Pues lo mejor llega ahora, que os cuento mi experiencia:

Era el mes de febrero y, coincidiendo con mi aniversario de bodas, pensé (sí, ya sabéis que soy experta en inventarme excusas para viajar), ¿y si nos vamos a conocer el hotel Torre Sevilla? Dicho y hecho, así que aproximadamente un mes antes hicimos la reserva y, tal y como nos dijeron en el momento de la reserva, una semana antes hicimos también la reserva en el spa para el circuito termal. Ya intuía que iba a ser un día especial y que iba a redescubrir una Sevilla nueva. Pero lo que no podía ni imaginar es que al llegar nos tendrían reservada una habitación Junior suite con vistas a la ciudad. ¡Qué pasada de habitación y de vistas!

La habitación contiene unos 50 metros cuadrados distribuidos en sala de estar con sofá, televisión, máquina de café, frigorífico… vamos, todas las comodidades que necesitas para sentirte como en el salón de tu casa. Luego hay otra estancia donde se encuentra el dormitorio propiamente dicho con la cama doble y un vestidor, ¡sí, también con vistas a la ciudad!

Quizás lo mejor de todo, ¡los baños! Sí, porque en la habitación había dos, uno a la entrada, a modo de pequeño aseo y a continuación del dormitorio un baño enorme con bañera y ducha, así hay opciones para todos los gustos.

La habitación estaba decorada con unos colores neutros, que le proporcionaban gran sensación de calidez y es que, con las vistas que había… ¡poca decoración más hacía falta! Sin ninguna duda, ya lo tenía muy claro, el hotel Torre Sevilla es un gran hotel merecedor de cinco estrellas.

Pero si la habitación y las vistas desde ella ya me habían enamorado, cuando a la mañana siguiente subí a la sala de desayunos, no podía llevarme mejor sensación. Al ser la Torre Sevilla en forma cilíndrica, todos sus espacios en el restaurante son redondeados y no hay picos ni esquinas, ¡vamos que ves siempre la ciudad en 360 grados! Y es que en la sala de desayunos, además de las vistas de infarto, un gran buffet es el que te espera: huevos, panes de varios tipos, bacon y judías para hacer un desayuno al más puro estilo british, aunque si sois más de dulces, los pancakes, magdalenas y chocolates tampoco faltan. Y es que, qué más os voy a contar, pues que es todo un lujo desayunar de esa manera, contemplando a Sevilla desde el cielo.

En cuanto al circuito termal, pues os tengo que decir que fuimos unos afortunados, aunque en un primer momento no nos diéramos cuenta. Como os dije antes, aproximadamente una semana antes habíamos llamado para reservar la hora, ya que suele estar bastante lleno y hay que organizar los turnos. Pues bien, un par de días antes nos llamaron diciendo que se les había estropeado una pieza y que estaban esperando que le trajeran la nueva, y con lo cual iban a estar unos días sin poder usar el spa. “¡Vaya rollo!” pensé, ya que habíamos reservado el circuito termal para la misma tarde que nos íbamos a quedar a dormir allí, y así pasábamos disfrutando todo el día del hotel. Pero claro, ahora no podría ser así.

Sin embargo, como compensación por los trastornos ocasionados, en vez de treinta minutos, nos obsequiaban con sesenta minutos de circuito termal. ¡Yuhu! Eso ya me empezaba a gustar más. Finalmente fuimos al spa a la semana siguiente de nuestra estancia en el hotel. Y ¡qué gozada! A la hora que habíamos reservado no había nadie más, así que estuvimos completamente solos disfrutando de cada una de las piscinas y espacios dedicados al bienestar: piscina con hamacas de hidromasajes, cañón cervical para relajación, baño mediterráneo, ducha de contraste con aromaterapia e incluso fuente de hielo para activar la circulación. ¡Un diez en limpieza, trato del personal, instalaciones y servicios! Y es que no pude salir más contenta y relajada.

Vamos, que yo quedé totalmente encantada con la experiencia en el hotel Torre Sevilla y ya mi cabecita empieza a ir dando vueltas sobre cuál y cuándo será mi próxima excusa para alojarme en él. Y vosotros, ¿ya la habéis pensado?