La feria de Sevilla es un evento que no se puede describir, es una fiesta que hay que sentirla desde lo más profundo de tu corazón, como yo digo, es un evento que hay que vivir desde pequeñito. La feria de Sevilla es sinónimo de amigos, risas y bailes, sin olvidarnos de los montaditos y las tortillas refrescados con “rebujito”, pero vayamos por partes:
¿Cuándo es la feria de Sevilla?
Como regla general, la feria de Sevilla se celebra dos semanas después de Semana Santa y debe coincidir con el mes de abril, de ahí su nombre de Feria de abril. Sin embargo, en algunas ocasiones, como la fecha en que se celebra la Semana Santa es variable, en aquellos años en los que Semana Santa tiene lugar muy tarde en el calendario, la feria se ha adelantado para que algún día pertenezca al mes de abril.
Por eso, en ocasiones especiales, sólo hay una semana entre Semana Santa y feria o se ha adelantado el inicio de la feria al sábado, en lugar de ser un lunes, como venía siendo la tradición con el “lunes de pescaíto”. Además, tanto el año pasado como éste, por motivos económicos hemos pasado a “sábado de pescaíto”.
¿Cuánto dura la feria de Sevilla?
Como decía anteriormente, la feria solía comenzar el lunes con su cena de pescado frito donde a las 00:00 se realiza el tradicional alumbrado de la portada y las calles. La finalización solía ser el siguiente domingo con un espectáculo de fuegos artificiales. En los últimos años, esta tendencia ha cambiado y la cena inaugural se realiza el sábado por la noche y dura hasta el domingo siguiente. Con esto se consigue que haya dos fines de semana para disfrutar de esta fiesta en lugar de uno.
No debemos olvidar, que, en Sevilla, los días de feria no son días festivos, por lo que todos los comercios y negocios permanecen abiertos. De ahí la conveniencia de aumentar el número de días de celebración durante fin de semana para que el visitante local pueda combinar fiesta con trabajo.
¿Origen de la feria de Sevilla?
La feria tiene su origen en a mitad del siglo XIX, cuando un empresario catalán y otro vasco proponen la organización de una feria agrícola y de ganado.
Inicialmente tenía un origen campestre, pero con el crecimiento de la ciudad, fue tomando un sentido más urbano para sus visitantes. Poco a poco fueron concediéndose licencias para instalar puestos de aperitivos y juguetes. Dichos puestos fueron el germen de las características casetas de feria actuales.
¿Dónde se celebra la feria de Sevilla?
Desde sus inicios hasta los años 70 del siglo XX se celebró en el Prado de San Sebastián, un amplio espacio de espaldas a la Plaza de España y colindante con la sede central de la Universidad de Sevilla.
Debido a su continuado crecimiento, cada vez se vio más claramente la necesidad de ocupar un espacio más amplio. Así fue como se trasladó a una explanada de 64.000 metros cuadrados en el barrio de Los Remedios, donde aún hoy día se realiza.

Mucho se ha especulado en los últimos años sobre la posibilidad de trasladarla a un recinto mayor, por el cada vez mayor número de visitantes. Pero, a día de hoy, aún no hay comunicación oficial de que este traslada vaya a ser posible.
¿Cómo se organiza la feria de Sevilla?
La feria tiene su punto de partida en la portada. Una portada o puerta de acceso principal, que cada vez va adquiriendo más protagonismo y es diferente cada año. Esta puerta es diseñada por distintos arquitectos y diseñadores que presentan sus diversos proyectos ante concurso, de los cuales uno es el elegido. El diseño suele tener relación con algún evento importante de la ciudad que vaya a tener lugar ese año o con algún motivo de la historia pasada.
A partir de ahí, tanto hacia la derecha como hacia la izquierda de la portada se van situando casetas, algunas privadas de grupos de amigos o familiares, como otras publicas de diferentes partidos políticos, asociaciones, sindicatos, municipales, etc.
En uno de los extremos de la feria se encuentra lo que es el paraíso para los niños y, en ocasiones, para los no tan niños: “La calle del infierno”, miles de metros cuadrados de atracciones de todo tipo donde podemos disfrutar de la clásica noria o el tren de la bruja, pasando por alguna atracción donde nos mojaremos un poco u otras que, para los más valientes, les hará con sus vueltas descargar toda la adrenalina.
Las calles del recinto son de adoquines y albero, un tipo de roca sedimentaria con un característico color amarillo muy típico en Andalucía, ya que se forma en la cuenca del río Guadalquivir. Una vez molido y pulverizado, dicho polvo es lo que usa como relleno para las calles del recinto. Además, es el mismo material que se usa para el ruedo de muchas plazas de toro.
¿Qué se hace en la feria de Sevilla?
En la feria de Sevilla, como en cualquier otro evento social, la gente se reúne con amigos y familiares y se come y se bebe.
Pero la bebida es particular porque, además de todos los demás productos que podemos encontrar en cualquier bar en cualquier época del año, lo característico de la feria de Sevilla es el “rebujito”, una mezcla de manzanilla o fino con gaseosa. Esta bebida sólo se consume en Sevilla durante los días de feria y, debido a las temperaturas normalmente elevadas y que se mezcla con mucho hielo, resulta de lo más refrescante.
Y en cuanto a la comida, lo más típico, además de embutidos como jamón, caña de lomo y queso, es saborear unas ricas gambas de la provincia de Huelva, pasando por la tortilla de patatas y continuando por los montaditos de pollo a la plancha o lomo.
Y es que, además de todo esto, que casi es común de todas las fiestas populares, aquí toca bailar. Y, ya que estamos en la cuna del flamenco, no pueden faltar las sevillanas y rumbas hasta altas horas de la noche. Todo el mundo puede disfrutar en la feria bailando sevillanas incluso aunque no sepáis, ya que el carácter tan especial de los feriantes hará que lo importante sean las ganas de pasarlo bien. ¡Resulta tan fácil y divertido aprender sobre la marcha bailando con alguien que apenas conoces!
Pero quizás una de las cosas más particulares de la feria de Sevilla sean los caballos. Jinetes y coches de caballo recorren sus calles hasta media tarde, cuando toca regresar a las cuadras y dejar las calles limpias y despejadas, aptas sólo para los peatones. Una de las actividades más comunes es disfrutar con tu grupo de amigos de un paseo en carruaje por el real de la feria.

Y, si con todo esto aún no te he convencido, no tienes más que ir un año a la feria de Sevilla y decirme si no es una fiesta que no te puedes perder.