Y así es como con las preguntas “¿que tienes un blog?, ¿de viajes?” se inician muchas de las conversaciones que si no tuviera un blog de viajes nunca hubiera tenido.
A menudo me encuentro entre un grupo nuevo de amigos, conocidos o compañeros de trabajo que no saben que tengo un blog de viajes. De hecho, he de confesar, que son también muchos los familiares que después de poco más de dos años se van enterando ahora que tengo un blog de viajes. Y a partir de ahí nacen unas conversaciones de lo más entretenidas y amenas, por no decir que, en muchos casos, más que enriquecedoras y totalmente desconocidas para mí, que pienso que si no tuviera un blog nunca hubiera tenido la ocasión de mantenerlas.
¿Y por qué tienes un blog?
Es una de las primeras preguntas que me suelen hacer. La repuesta puede parecer compleja, pero es mucho más sencilla de lo que parece.
De pequeña me gustaba mucho escribir. Mi madre aún guarda algún que otro relato de los que escribía. ¡Era gran amante de la poesía! Pero supongo que, por cosas de la edad, me daba vergüenza enseñar lo que escribía y mis papeles no salía mucho más del círculo de mi habitación y de la cocina con mi madre. Así que, como dicen que con la edad todo lo que tienes dentro va aflorando y se va perdiendo la vergüenza, llegó un día en el que sentí la necesidad enorme de sentarme a escribir y enseñarlo al mundo entero.
La temática del blog estaba clara: ¿de qué voy a hablar si no es de viajes? Mis padres, especialmente mi padre, tiene la culpa de que me guste viajar empedernidamente. Pero fue a los veinte años cuando realicé el viaje que me cambió.
¿Dónde, cuándo y cómo sacas tiempo para sentarte a escribir?
Esta es la pregunta con la que más risa me entra, sobre todo en los últimos meses. Trabajar, ocuparme de la casa, cuidar de un bebé, compartir tiempo con tu gran compañero de viaje, mantener el contacto con la familia en la distancia, amigos repartidos por medio mundo… No os voy a engañar, no es fácil. De hecho, ha habido momentos en los que he pensado, ¿y por qué me metí en esto del blog? ¿Y si lo dejo?
Pero, tras unos minutos de reflexión, me doy cuenta de que el blog me da vida, me deja ser quien realmente me gusta ser fuera de esas obligaciones del día a día. Y además, si yo tengo la gran suerte de poder ir viajando y conociendo sitios por el mundo, ¿por qué no lo voy a contar para que otros disfruten leyendo, imaginándose esos rincones, soñando con esos lugares e incluso a muchos otros les ayuda a la hora de planificar su viaje por allí?
Pero, volviendo a la pregunta, pues sí, escribo cuando el bebé viajero duerme siesta, escribo cuando estamos de viaje y entre espera y espera de trenes y aviones, escribo mentalmente cuando voy camino del trabajo y en cuanto llego a casa enciendo rápido el ordenador para plasmar las ideas que se han ido acumulando en mi cabeza. Y sí, vivo con un cuaderno y un boli pegados a mí.
¿De verdad te merece la pena tanto esfuerzo?
La respuesta es un rotundo sí. Ya os he dicho antes que sentarme a escribir es el mayor momento de relax que puedo encontrar. Hay quien necesita hacer deporte, salir a tomar una cerveza o irse de compras para relajarse.
Como hay personas para todos los gustos, yo necesito sentarme a escribir y darle un par de vueltas a la cabeza para relajarme. Puede parecer incoherente, ¿verdad?
¿Y qué hay detrás de un blog de viajes?
Pues detrás de un blog de viajes hay muchas cosas: algunos conocimientos informáticos, de SEO, marketing digital, redes sociales, etc. Sin hablar, por supuesto, de la base de la narrativa, que encaje con esta tendencia del siglo XXI y también hay conocimiento de fotografía.
Vamos, que para ser un gran blogger de viajes, ¡tienes que estar pendiente de un montón de cosas! Y claro, ya os he dicho que me gusta escribir y que me gusta viajar. Todo lo demás… ¡lo vamos aprendiendo e improvisando sobre la marcha!
Pero lo mejor que hay detrás de un blog de viajes es muchos locos tan locos cómo tú. Gracias al blog he podido hacer radio, ¡guau! Un gran proyecto que vino de la mano de Radio Viajera y que, con el programa Mi primera vez, pasé algunos de los momentos más divertidos. Conocí a bloggers de lo más vario pinto, desde los que me contaron cuándo hicieron su primera vuelta al mundo a los que me ilusionaron con una primera vez en India. Sin olvidar a los muchos otros bloggers que participaron, como los que nos contaron la experiencia de su primer vuelo o los aventureros que nos contaron su primer Safari por Namibia. A todos los que participasteis en Mi primera vez, una vez más, gracias, ¡fue un placer conocer más detalles viajeros sobre vosotros!
Y es que a través del blog también he participado en entrevistas muy chulas, como la que me hicieron los chicos de doshaciendofotos y algún que otro proyecto que me traigo entre manos y ya os contaré sobre maternidad, niños y viajes.
Detrás de un blog de viajes, como os decía, hay muchos locos tan locos como yo. Y es que, sin gente como nosotros, ¿dónde estaría FITUR?
También he podido participar en diversas meetups, talleres, charlas, jornadas viajeras, donde le vas poniendo caras a todos esos amigos virtuales que vas haciendo por el camino y te das cuenta que son personas tan diferentes, pero a la vez tan iguales a ti. Podéis tener formas distintas, presupuestos diferentes, compañías opuestas, pero que al final a todos os gusta lo mismo, ¡VIAJAR!
Buah, me dejas impresionad@, ¿y qué esperas del blog?
El blog lo inicié por un motivo personal: desfogar esa llamada incansable a la escritura que me llamaba, como ya os contaba antes.
Conforme más voy aprendiendo, más me doy cuenta de que ojalá algún día pudiera decir que vivo de mi hobby. No sería ni la primera ni la última persona que lo hace, pero ya iremos viendo poco a poco… Ya se sabe que el mundo de los blogs va despacio.
Y, si me pongo a soñar, sueño con algún día escribir mi libro de viajes, ¿quién no ha cumplido alguna vez su sueño? Por supuesto que no soy periodista ni me dedico a nada de esto profesionalmente, vuelvo a repetir, todo esto no es más que mi hobby.
Pero mientras sueño, que soñar es gratis, sólo tengo un objetivo en mente: que todo aquel que se deje caer por mi blog se entretenga, pase un buen rato y que, al menos, disfrute de los lugares la mitad de lo que disfruté yo allí y la mitad de lo que disfruté al recordarlos para contarlo.
¡Os animo a viajar, porque cuando ves la luna desde el otro lado del mundo, ya no vuelves a ser la misma!