Suiza era uno de esos países que tenía en mi lista de lugares pendientes desde hacía bastante tiempo, pero siempre por unos motivos u otros acababa posponiendo. Sin embargo, cuando empecé a organizar mi ruta de Interrail vi claro que éste era el momento que estaba esperando para ir a conocer el país helvético, empezando por Zúrich.
Bien era cierto que sólo tenía unos días para pisarlo, por lo que, aunque Suiza es un país de reducido tamaño, escasos cuarenta mil kilómetros cuadrados, tendría que seleccionar muy bien qué lugares visitaría. Y, tras leer blogs y hablar con viajeros que conocían el país, decidí por visitar Zúrich y después Ginebra –la capital del país, Berna, en esta ocasión me la saltaría y la dejaría para una próxima visita al país.
En este post os voy a hablar de Zúrich, la ciudad más poblada de Suiza.
¿Porqué es tan conocida Zúrich?
Aunque, como ya he dicho, no es la capital de Suiza, sí que es la capital del cantón de Zúrich. Recordemos que Suiza se divide en veintiséis cantones, siendo seis de ellos semicantones que se han dividido a partir de tres cantones originales. Los cantones son el verdadero ente político y administrativo sobre el que se construye el Estado-Nación de Suiza.
Pues bien, Zúrich, además de ser la ciudad más poblada de todo el país, con casi un millón y medio de habitantes en su área metropolitana, es el motor financiero y cultural de Suiza. En Zúrich es donde se encuentra la banca internacional.
Además, Zúrich ha sido galardonada y nombrada en numerosos artículos como una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo. Muchos son los factores por los que le conceden este merecido título y, al menso para mí, uno de los más importantes es la ausencia de contaminación atmosférica. En Zúrich, al igual que en toda Suiza, es muy importante este tema y de ahí, que por ejemplo, el reciclaje de basura sea uno de los asuntos que más importan en esta área.

¿Qué no te puedes perder en Zúrich?
En Zúrich, todo gira entorno a su lago, que lleva el mismo nombre que la ciudad. El lago tiene una extensión total de noventa kilómetros cuadrados siendo su extensión máxima de cuarenta kilómetros. Quizás uno de los puntos de la belleza de este lago llegue por el gran número de cisnes que lo habitan.
Este lago contiene una de las aguas más limpias de toda Europa. Y es que el lago se drena con el agua de los ríos poco caudalosos que emanan de los Alpes.
En los alrededores del lago dentro de Zúrich encontraréis puestos y quioscos donde poder comprar algo para comer y beber, así como numerosos bancos donde sentaros para degustar disfrutar de las vistas al lago. Os lo aseguro, ¡son unas vistas de infarto! Acompañando al lago, tendréis las montañas al fondo, ya que Zúrich se encuentra en la llanura central de Suiza, muy próxima a los Alpes.
¿Qué se puede hacer en Zúrich?
Como he dicho en el punto anterior, además de dejarte embelesar por las vistas en el lago, Zúrich es una ciudad para pasear.
En el casco antiguo, se encuentran los Kreise (distritos) de Zúrich, ordenados según el sentido de las agujas del reloj. Este casco antiguo, cuyos primeros asentamientos se remontan al año quince antes de Cristo con la ocupación romana, adquiere el estatus de ciudad ya en el siglo X.
Este casco antiguo contrasta con la ciudad moderna: numerosos y vanguardistas bancos, tiendas de lujo y modernos bares y cafés. No dejéis de pasear por la Bahnhofstrasse (calle de la estación) si queréis ver la distinción y el glamour que aquí se respira. Podréis ver la exclusividad de numerosos artículos, especialmente en relojería, joyería y moda.
Otra de las grandes atracciones turísticas que muchos de los que pasan por Zúrich no se quieren perder es el museo de la sede de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) y sí, es que aquí es donde se coge la bolita que decide el calendario de partidos, entre otros campeonatos, para la Copa Mundial de Fútbol.
¿Zúrich desde arriba?
¡Por supuesto! Zúrich es una ciudad llena de cuestas, por lo que más vale que vayas un poco preparado físicamente para ello. Lo mejor de estas cuestas son las vistas que te pueden ofrecer. Por la zona de la universidad, podréis tomar algunas fotografías de los tejados de la ciudad con el lago de fondo que os dejarán enamorados.
Una de las opciones para subir a esta área es a través del Polybahn, el cual conecta, mediante un sencillo funicular, la plaza central de Zúrich, en la zona más baja de la ciudad, con la terraza del instituto tecnológico o universidad politécnica de Zúrich (ETZ Zúrich). ¡Un auténtico viaje en el tiempo!
¿Y si subimos más arriba?
¡Mucho mejor! Desde las montañas de Üetliberg podemos divisar una de las mejores vistas panorámicas que abarcan la ciudad de Zúrich completa y, por supuesto, también de su lago.

Hasta llegar a la cima, a la cual se puede llegar parte en tren y otro parte andando, nos encontramos con numerosos caminos para recorrer a pie o en bicicleta. Aquí podréis disfrutar de unos paisajes de auténtica y extrema belleza natural.
¿Y para comer?
Zúrich es una ciudad cara, no nos vamos a engañar. Yo diría que una de las ciudades más caras de toda Europa, superando en precios incluso a ciudades como Oslo en Noruega o Copenhague en Dinamarca. Pero si hay algo que no nos podemos perder en esta ciudad es la gama tan extensa y variada de chocolates que podéis encontrar.
Una de las chocolaterías de más tradición en la ciudad son Sprüngli, de venta a nivel mundial con la marca comercial Lindt. Otra de las chocolaterías que no podéis pasar por alto es Cailler, cuya venta, al contrario que la anterior, solamente se realiza dentro del país helvético.
El segundo de los productos estrellas en Suiza del que sin duda tenéis que disfrutar es el queso. Uhm… ¡se me hace la boca agua con sólo pensarlo! Una auténtica fondue de queso es el plato tradicional suizo por excelencia. Los excedentes de leche que tienen, debido al gran número de vacas que habitan las zonas montañosas de los Alpes, fueron los que dieron lugar a la gran variedad de quesos que existen. Y yo, que podría alimentarme años y años sólo con queso, ¡no sabría por cuál decantarme!
Y es que ya estáis viendo que Zúrich es una auténtica gozada, tanto para el paladar como para los pulmones y la mente, porque la tranquilidad que transmite y los bellos paisajes nos lo ponen muy fácil. En esta ocasión por el país, me quedé con ganas de conocer mucho más sobre Suiza, pero estoy segura de que volveré porque ¡Suiza, me has encantado!