Takayama, en el corazón de los Alpes japoneses

Calles de Takayama

Tengo muchos sueños viajeros, algunos de los cuales ya puedo ir tachando de la lista y pasarlos a la lista de sueños cumplidos y otros aún permanecen allí y son los que hacen que mi lista de sueños viajeros nunca esté vacía.

Uno de esos sueños viajeros que tantas ganas tenía de cumplir era sentirme prácticamente sola en mitad de Japón. Estar rodeada de naturaleza, comiendo y durmiendo de la forma más típicamente japonesa era una idea que no me quitaba de la cabeza.

Y os digo que este sueño ya lo pude cumplir porque Takayama era el lugar que estaba buscando para hacer realidad mi sueño.

Cuando empecé a preparar mi viaje a Japón, había muchas cosas del país que desconocía y de las que me tuve que ir informando. Para ello, me ayudé de blogs, páginas de internet y preguntándole a amigos y conocidos que ya habían pasado por el país nipón. Organicé este viaje con tanta ilusión que no quería volverme sin haber cumplido todos mis sueños japoneses. ¡Así que Takayama no la podía pasar por alto!

Después de pasar varias noches por Tokio, y antes de sumergirme en la ancestral Kioto, decidí pasar un par de noches en Takayama.

¿Dónde dormir en Takayama?

Para los que estéis organizando un próximo viaje a Takayama no sé cómo habréis pensado organizar vuestro alojamiento, pero yo lo tenía claro: quería dormir en un ryokan.

Takayama se encuentra ubicada entre montañas en la región de Gifu y aunque es pobre, agriculturalmente hablando, es muy rica en madera, hecho por el cual, la gran mayoría de la población se dedica a la carpintería y a la ebanistería. 

¿Y con esto qué quiero decir? Pues que por la zona se encuentran un gran número de ryokanes, alojamientos tradicionales que se enmarcan en un cuadro de naturaleza incomparable.

Estos alojamientos son como muchos nos podemos imaginar de haber leído cómics o haber visto dibujitos japoneses: puertas correderas, zapatillas para entrar en el baño, tatami en el suelo que se pone por la noche para dormir y se quita durante el día para utilizar el espacio de la habitación para comer… Y, por supuesto, no podía falta la yukata para después del baño porque, además, hay muchos ryokanes que incluso tienen un onsen dentro de sus instalaciones, que vendría a ser la versión japonesa de un spa. Y si encima a todo eso le sumamos las vistas a la montaña… ¿A quién no le apetece dormir ahí?

Ryokan en Takayama
Ryokan en Takayama

Por si queréis echarle un vistazo, éste fue el ryokan en el que yo me alojé.

¿Dónde comer en Takayama?

Pues en realidad, para los poco más de 2.000 km2 que tiene Takayama, hay bastantes opciones para comer. No podemos olvidarnos, que como os decía antes, Takayama, ubicada en el corazón de los Alpes japoneses. Es pobre en agricultura, así que se ha tenido que centrar en la madera, la cual tiene mucha, y en el turismo, ya que es un lugar tan mágico que atrae tanto a turistas nacionales como internacionales.

Uno de los primeros productos que tenemos que probar estando allí es la carne de Hida, ¡famosa en el mundo entero! Es una de las grandes conocidas junto a su competencia: la carne de Kobe y la carne de Matsuzaka. ¿Preferencias? Para gustos los colores, ¡así que tú pruébala y luego me cuentas! Yo me comí unas hamburguesas de carne de Hida en el restaurante Hanamizuki que todavía se me está haciendo la boca agua de solo recordarlas.

Otro de los lugares que os recomendaría para comer sería Chitose. El restaurante es bastante modesto, sencillo y sin grandes lujos, ¡pero los noodles están riquísimos!

Y, por supuesto, algo que no os podéis perder es la cena y el desayuno en el ryokan. Si el alojamiento era de estilo tradicional, la comida no lo puede ser más. ¿Desayunar una sopa y pescado crudo? ¡Es posible! Olvídate de las magdalenas, el café y las tostadas porque aquí no las verás ni en pintura… ¡Tanto la cena en la habitación como el desayuno en la zona común fueron tan buenos!

¿Qué hacer en Takayama?

Takayama, como ya os conté antes, es una localidad pequeñita, donde apenas llegan a los 100.000 habitantes. Sin embargo, hay muchas actividades y visitas que se pueden hacer aquí aunque, para mí, lo mejor fue dejar la mente en blanco, ponerme a pasear y dejarme sorprender por lo que veía.  

Destaca en la zona las bodegas de sake tradicional: hay muchas fábricas y tiendas donde podéis hacer visitas y siempre os darán una degustación, ¡qué rico!

Pasear por el casco viejo de Takayama es algo fundamental para hacerse una idea de cómo era la ciudad durante el rico período Edo, en la que Takayama ejercía de rico pueblo comerciante. Muchas de estas casas están preservadas y ahora se utilizan como museos, galerías de arte, tiendas de artesanías o cafeterías.

Takayama es atravesada por el río Miyagawa, así que cruzar por los numerosos puentes que la atraviesan es una idea espectacular, ¡y te llevarás unas fotos maravillosas!

Rio Miyagawa a su paso por Takayama
Rio Miyagawa a su paso por Takayama

El templo Hida Kokubun-ji es uno de los más antiguos de la ciudad. Gracias a la aguja situada sobre la pagoda de tres pisos se puede ver desde cualquier punto de la ciudad, ¡alucinante!

Otro de los puntos de interés que no podéis dejar escapar es el mercado que se sitúa en la margen oriental del río Miyagawa. En estos puestos puedes encontrar flores, verduras, dulces tradicionales, artesanías como pinturas o figuritas que llevarte de recuerdo de tu paso por Takayama. También encontrarás sarubobo, una muñeca tradicional japonesa que las abuelas hacían para regalar a sus nietas en color rojo (hoy en día las puedes encontrar de cualquier color). Es un mercado pequeño, pero muy curioso de admirar. No dejéis pasar la oportunidad de degustar cualquier de las delicios que podéis encontrar en los puestos ambulantes.

Caligrafías que te puedes encontrar en el mercado de Takayama
Caligrafías que te puedes encontrar en el mercado de Takayama

Una de las excursiones que podéis hacer desde Takayama es ir a Shirakawago. Personalmente, dos días en Takayama me parecieron perfectos para pasear tranquilamente y llenar mis pulmones del aire puro de los Alpes japoneses. Por ese motivo no me dio tiempo de ir a visitar esta pequeña aldea especialmente conocida por los tejados triangulares de paja de sus casas. Esta forma de construcción tan curiosa se debe a que así podía aguantar mucho mejor el peso de la nieve durante el invierno (os recuerdo que estamos en los Alpes japoneses, así que la nieve en invierno en esta región es bastante abundante). Creo que visitarla es una opción de lo más recomendable.

Templo Hida Kokubun-ji
Templo Hida Kokubun-ji

¿Cómo llegar a Takayama? 

La forma más cómoda es en tren. Puedes partir desde diferentes puntos. Yo, por ejemplo, salí desde Tokio. Pero la ciudad más cercana y por la que tienen que pasar todos para llegar a Takayama es Nagoya, que está aproximadamente a unas 2 horas y media.

Los paisajes que puedes ir contemplando desde el tren son preciosos. Estarás en plena naturaleza mondado en un tren que avanza lentamente por, ¡el corazón de los Alpes japoneses! A mí el viaje me resultó de lo más especial.

Y, si ya tienes claro que te vas a Japón, pero necesitas más información para no volverte sin haber hecho o visitado algo importe, no te pierdas el post dónde os contaba 19 cosas que tienes que hacer en Japón.

No sé que tendrá Japón, pero todo el que la conoce ya está pensando en volver… ¡Y yo la primera!

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