Estoy segura de que no soy la única, sino que somos muchos los que nos quedamos prendados de Tokio, capital de Japón, al conocerla en la película de Sofia Coppola, Lost in Translation.
Y es que en aquella ocasión su genial directora, de la mano de los grandes protagonistas Bill Murray y Scarlet Johansson, nos muestran una ciudad bulliciosa, con mucha gente por todos lados, unos altos rascacielos, con luces a todas horas, mientras sus vidas transcurren tan vacías y solitarias.
Y sí, eso es Tokio, en gran parte, pero Tokio es mucho más.
Tokio también es Kioto al revés (sílaba a sílaba), como dirán muchos de los aficionados a los chistes y juegos de palabras. Y también es cierto, porque no tiene nada que ver con Kioto, son ciudades completamente contrapuestas, aunque al mismo tiempo complementarias. Y, si no me crees, en tu ruta por Japón no puedes dejar de conocer ambas ciudades para hacer tu propio juicio de opinión.
Y es que si estás pensado visitar Tokio o quieres saber qué tendrías que visitar en Tokio, aquí te doy una lista de lo que no te puedes perder:
¿Qué ver en Tokio?
Santuario Meiji-Jingu
Es el punto ideal para empezar a conocer Tokio. Es uno de los santuarios más populares de la ciudad, ubicado en el barrio de Harajuku. Se construyó para divinizar los espíritus del emperador Meiji, uno de los grandes protagonistas de la modernización de Japón.
Al entrar en él, como en casi todos los santuarios y templos budistas (también en los santuarios sintoístas), debemos lavarnos manos y boca para purificarnos antes de iniciar nuestra visita, un proceso denominado ablución y en Japón conocido como “temizu”.
Palacio imperial
Es la residencia oficial de la familia imperial japonesa que, además, está ubicado en los terrenos del antiguo castillo de Edo. Aunque las visitas al interior están abiertas a todos los públicos desde el año 2.016, hay que registrarse con antelación para poder acceder a él. Podéis registraros a través de este enlace, pero tened en cuenta que las visitas son mayoritariamente en japonés y se admite a un máximo de 500 visitantes por día.
Si os da pereza eso de hacer el registro o simplemente no queréis llevar vuestros días en Tokio completamente organizados, podéis simplemente disfrutar de un más que agradable paseo por los jardines del palacio imperial. No dejéis de admirar los dos puentes de entrada al interior de los terrenos del palacio imperial: Nijubashi.
Templo Sensoji
El templo budista más antiguo de todo Tokio se ubica en el barrio de Asakusa, uno de los barrios más tradicionales de la ciudad que, aunque fue bastante destruido por los ataques de la segunda guerra mundial, se reconstruyó tras ella y hoy en día sigue atrayendo a numerosos turistas.
El templo está dedicado a Kannon. Esta diosa budista es muy popular en Japón, ya que encarna la compasión.
Pero, antes de llegar al templo, tienes que atravesar una calle comercial con numerosos puntos de ventas de souvenirs y dulces tradicionales y, justo antes de la entrada al templo, te encontrarás con la lámpara de papel más grande de todo Japón. ¡Un lujazo!
Barrio Ginza
Es el barrio comercial por antonomasia de Tokio. Aquí podrás encontrar todos los productos de lujo que desees, tanto en joyería como en productos tecnológicos. Por supuesto, todas las grandes marcas de moda internacionales tienen aquí su espacio.
Como ya habrás podido entender, es la zona más elitista y de alto standing de Tokio. Y es que, nos guste más o menos, el modelo de mercado capitalista llega a todos los rincones, incluido Japón, aquel país insular del pacífico que tantos años permaneció cerrado.
Mercado de pescado Tsukiji
El mayor mercado mayorista de pescado del mundo y sí, aunque parezca raro, no huele a pescado. ¡Es la lonja de pescado más limpia que he podido ver en mi vida!
Sin embargo, en octubre de 2.018, al amparo del plan de renovación urbanístico de Tokio de cara a los juegos olímpicos de 2.020, el mercado de Tsukiji se trasladó a Toyosu. En esta isla artificial de la bahía de Tokio, que está a poco más de dos kilómetros de Tsujiki, se ha construido un inmenso parque temático gastronómico. Este gran centro logístico y ecológico se divide en tres grandes zonas: venta de frutas y verduras, venta de pescado y venta a mayoristas con miradores para los turistas que quieran vivir en vivo el espectáculo de las pujas profesionales del atún.
Como mi visita a Japón fue anterior a la fecha del traslado del mercado, no he tenido la suerte de conocerlo, pero estoy segura de que no defraudará.
Barrio Harajuku
Aunque en este barrio se encuentra el santuario Meiji-Jingu que os comentaba al principio, lo que realmente hace especial este barrio es por las frikadas que aquí podremos disfrutar.
A lo largo de nuestro paseo por Harajuku nos podremos encontrar a personas disfrazadas de toda índole en infinidad de colores que hacen un auténtico espectáculo callejero.
Es cierto que todos los días es un auténtico barrio friki, pero si queréis verlo en su máximo esplendor, os tendréis que perder por sus calles un domingo.
Tokio Metropolitan Government Building
«¿Y qué hacemos en el ayuntamiento de Tokio?», os estaréis preguntando muchos. Pues nada más y nada menos que disfrutar de una de las mejores vistas aéreas de Tokio.
¿Que no os lo creéis? Entrad en su edificio, el edificio número 1 (hay dos edificios), y tomad su ascensor principal hasta el observatorio. ¡Alucinarás! Podrás ver toda el área metropolitana de Tokio e incluso hasta podrás llegar a admirar, si las condiciones climáticas lo permiten, el monte Fuji.
¡Y lo mejor de todo es que es gratis! ¿Te lo vas a perder?
Torre de Tokio
Aunque no es tan popular como la famosa torre Eiffel, es unos ocho metros más alta que ésta.
Actualmente se utiliza tanto para señal de televisión como para señal de radio.
La torre se ha hecho muy conocida, ya que ha aparecido en diferentes series y dibujos infantiles como Los Simpson, Doraemon o Sailor Moon.
Hotel Park Hyatt Tokio
Lo he dejado para la último intencionadamente pero ya sabéis que, en muchas ocasiones, lo último debe de ser lo primero.
Ya os he dicho que me enamoré de Tokio al ver la película Lost in Translation y, desde entonces, no hacía más que mirar Tokio en el mapa pensando: “Algún día estaré allí”.
El hotel mola, como todo buen hotel de lujo que se precie, pero lo que más mola es ir al restaurante del hotel y darte el capricho de una buena cena o, si el bolsillo no lo permite, al menos un delicioso cóctel contemplando sus maravillosas vistas de Tokio. Y, cómo no, como buena friki viajera que soy, ¡eso no me lo podía perder! ¡Cómo lo disfrute, rememorando escenas de la película e imaginándome cómo serían las escenas de grabación durante aquellos días! ¡Qué divertido debió ser!
Y es que no sólo esto es Tokio, Tokio es mucho más. Es el barullo de gente por sus calles, la limpieza, los cables por las calles que te remontan a muchos años atrás, las máquinas expendedoras con productos de todo tipo en cualquier lugar y a cualquier hora, montarte en su metro y perderte por algunas de sus estaciones, llegar a cualquier bar y saber qué vas a pedir porque has visto el plato expuesta tal cual, pero de plástico.
Y es que Tokio es muy grande y a la vez muy pequeña… ¡Tokio no te olvidaré jamás y estoy deseando que volvamos a encontrarnos de nuevo!